viernes, 4 de enero de 2013

A dos pasos, la sonrisa con palos, a tres, la ansiada felicidad.

Llegas a un punto en la vida en el que te das cuenta de que todos los minutos, todos los segundos de tu vida no han sido en vano, que no existen las casualidades, existen las causalidades, que todo pasa por algo, que entre el blanco y el negro hay una larga escala de grises. Tras la tormenta escampa. Decir que la tormenta ha durado todos estos años sería exagerar, pero poco no ha sido; hoy puedo decir que ha merecido la pena aguantar. Después de la tormenta llega la calma, pero yo he tenido la puta suerte de ver el paraíso, de rozar el cielo con mis propios dedos, de ver que quien la sigue la consigue. En cuatro días me pillé un ciego de sonrisas con todas esas que llevaban tiempo sin aparecer. ¿Que os resuma mi vida? Seis letras, un nombre propio, hasta dos apellidos puedo daros; pero de poco serviría. Vamos despacio, que no hay ninguna prisa, una vida da para mucho. Hoy te echo de menos, pero en un mañana que no nos queda muy lejos me voy a poder hasta cansar, aunque no creo que lo haga.
Puedo decir de la felicidad que es demasiado fácil de alcanzar, y sé que no me creeríais, pero os aseguro que es así. ¿Queréis consejos? Seguir, aguantar, sonreír, caerse, levantarse, luchar, seguir sonriendo, volver a caer, volver a levantar pero nunca dejar de luchar y siempre con la sonrisa en la cara. Pasar de lo que digan, que la gente a veces es más puta que la vida. ¿Que algo sale mal? Seguro que pasará, pero ahí es donde tienes que demostrar ser más fuerte, parar esos palos que te da la señora vida y no intentar devolvérselos, que eso sería peor. Tomarlo como un aviso y no como un hoyo de esos de los que no se sale, ya que de esos solo existe uno y se llama tumba. Otra clave es estar seguro de sí mismo, no creer en el no poder ni tampoco decaer. Seguir sonriendo. ¿Que hablan? Que sigan, a ti no te importa nada, todo lo escribe tu sonrisa. ¿Quieres llorar? No te escondas, destápate la cara, todos los valientes lloran, si no no son valientes. Da dos pasos, ahí tiene la sonrisa, da otro más y con todo eso ya tienes la felicidad.


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